domingo, 17 de noviembre de 2013

Para desgracia de Mafalda hacer sopa puede ser más antiguo de lo que pensamos


Estimados Amigos

De niños generalmente queremos como los superhéroes que pueblan las historietas o buscamos que característica nos puede emparentar con Spiderman, el boy scout de Superman o el neurótico de Batman.  A mas de un lector de este blog seguramente le ha pasado y ha sonreído para sí al recordar como hizo caminar a papá o mamá por todas las ópticas de la ciudad para conseguir la montura de anteojos más parecida a la de Clark Kent. Yo sin temor puedo afirmar que padecí la manía de identificar esas características que unían este mundo tridimensional a ese universo de tinta y papel.


Un hecho incuestionable es el de que a Mafalda no le guste la sopa y eso me hermanó con la hija de Quino. Mas de una vez escuché el comentario de mi madre y de mis hermanas al servir el respectivo plato de sopa en la mesa: Ya vas a chillar como Mafalda. Todo lo anterior no es mas que el preámbulo para presentar una noticia sobre la antigüedad de la sopa, al parecer es un plato mas antiguo de lo que se pensaba y estoy más que seguro que no es una buena noticia para Mafalda ni para ninguno que no le guste la sopa.

Definitivamente no es una grata noticia que la sopa esté atormentándonos desde hace  tanto tiempo y por eso recuerdo esa vieja historia judía donde  se le promete a los hombres justos un paraíso libre de la sopa.

Esperamos disfruten de la sopa, !Puaff!, de la entrada


Richard Montenegro

Post scriptum

Acabo de escuchar desde el fondo de la casa donde esta el comedor:


 Ya vas a chillar como Mafalda






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Hacer sopa puede ser más antiguo de lo que pensamos

 

Fuente: npr.org | Sarah Zielinski | 6 de febrero de 2013


La sopa tiene muchas variaciones: pollo con fideos, crema de tomate, de patata y puerro, por nombrar unas cuantas. Sin embargo, durante gran parte de la historia humana, la sopa fue mucho más simple, requiriendo nada más que hervir una pierna de carne u otro trozo de comida en agua para crear un caldo caliente y nutritivo.



Asi que, ¿quién inventó ese primer tazón de sopa?



La mayoría de las fuentes indican que hacer sopa no llegó a ser común, en alguna parte, entre 5.000 y 9.000 años atrás. La "Enciclopedia Oxford de Alimentos y Bebidas en América" dice, por ejemplo, "hervir no fue una técnica de cocina de uso común hasta la invención de los contenedores impermeables y resistentes al calor, hace alrededor de cinco mil años".



Eso está probablemente equivocado en por lo menos 15.000 años.

Ahora, por lo visto, parece que los contenedores impermeables y resistentes al calor fueron inventados mucho antes de lo que se pensaba. El arqueólogo de la Universidad de Harvard, Ofer Bar-Yosef , y sus colegas, informaron el año pasado en la revista Science sobre el hallazgo de ollas de cerámica, de 20.000 años de antigüedad, en una cueva de China. "Cuando nos fijamos en las mismas, se puede ver que estuvieron sobre el fuego", dijo Bar-Yosef.


Su descubrimiento es posiblemente los utensilios de cocina más antiguos del mundo, pero saber exactamente lo que sus usuarios estaban elaborando con ellos no es seguro. Tal vez era alcohol, o tal vez una sopa. Fuera lo que fuese, el descubrimiento demuestra que los contenedores impermeables y resistentes al fuego son mucho más antiguos que 5.000 años.


Ese tipo de contenedor, sin embargo, no era ni siquiera necesario para lograr hervir agua. Un antiguo elaborador de sopa simplemente podría haber cavado un pozo, forrarlo con piel de animal o de piel intestinal, llenar su "olla" con agua, y dejar caer dentro unas rocas calientes.

La potencia de expansión del vapor agrieta las rocas, una característica distintiva que aparece por primera vez en el registro arqueológico hace alrededor de 25.000 años en Europa Occidental, dice el arqueólogo John Speth, profesor emérito de antropología en la Universidad de Michigan, en Ann Arbor.


John Speth
 


Pero Speth dice que hervir y hacer sopa podría tener aún más antigüedad.



Él comenzó a pensar acerca del acto de hervir en el pasado después de ver un episodio de la serie de televisión "Survivorman", en la que el anfitrión, Les Stroud, hierve agua en un recipiente de plástico. "Usted puede hervir sin utilizar piedras calientes", comenta Speth.



Todo lo que necesita es un recipiente impermeable suspendido sobre un fuego: el agua en el interior impide que el material se queme.



Hace mucho tiempo los posibles cocineros podrían haber formado un recipiente con corteza de árbol o con la piel de un animal, dice Speth. Sin embargo, encontrar evidencia de ello sería increíblemente difícil, dado que esos tipos de material, por lo general, no se conservan en el registro arqueológico.



Speth ha argumentado que los neandertales, nuestros antiguos parientes que vivieron hace alrededor de 200.000 a 28.000 años, habría necesitado de la tecnología de hervir para obtener la grasa de los huesos de animales, a fin complementar su dieta de carne magra, de modo que pudieran evitar la muerte por envenenamiento de proteínas.



Los riñones y el hígado están limitados en cuanto a la cantidad de proteína que pueden procesar en un día. Cuanta más cantidad de la misma se consume, el amoníaco o los niveles de urea en la sangre pueden incrementarse, dando lugar a dolores de cabeza, fatiga e incluso la muerte. Por tanto, los seres humanos deben obtener más de la mitad de sus calorías de la grasa y los carbohidratos.



"Si los neandertales hervían huesos para obtener la grasa, podrían haber bebido el caldo resultante", dice Speth.



Los neandertales probablemente cocinaban de alguna manera, concluyen los científicos. Un estudio de 2011, publicado en "Actas de la Academia Nacional de Ciencias" (PNAS) informa que se encontró evidencia en Irak de granos de almidón cocinados al estar incrustados en dientes fósiles de neandertal con una antigüedad de 46.000 años.



"Esto no prueba que ellos hicieran sopas o guisos", dice Speth -algunos han sugerido que la comida se habría parecido a la harina de avena-, "pero yo diría que es bastante probable".


Richard Wrangham

Poner una fecha al primer tazón de sopa en el mundo es probablemente imposible. Los antropólogos no han podido determinar con certeza cuándo el hombre fue capaz, por primera vez, de controlar el fuego, o cuándo el cocinar por sí mismo fue inventado (aunque ello fue probablemente hace más de 300.000 años, antes de que el Homo sapiens surgiera a la luz, aduce el primatólogo de Harvard, Richard Wrangham (derecha)en su libro "Catching Fire").



Y la historia es probablemente diferente para la gente en distintas partes del mundo. Parece que la cerámica fue inventada en el este de Asia miles de años antes de que surgiera en el oeste del mismo continente, anota Bar-Yosef. "Tal vez el acto de hervir no fue tan importante en la zona occidental porque tenías pan para equilibrar todo la proteína consumida", advierte.



En otras partes del mundo nunca han tenido tradición de hervir la comida. "Muchos de los cazadores-recolectores no usan recipientes para nada", dice Speth. En lugares como Tanzania y el Kalahari, hay tribus que no hervieron nunca el agua hasta que llegaron los europeos.



Speth dice, sin embargo, que es muy probable que los humanos estuvieran cocinando sopa en algunos lugares hace por lo menos 25.000 años. Si nuestros antepasados estuvieron hirviendo algún caldo antes de ello, pues bueno, sólo tenemos que esperar y ver lo que los arqueólogos desentierran.



Tomado de Terrae Antiquae



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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.


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