lunes, 3 de diciembre de 2012

La casa en Taiwan de Lin Yutang, el hombre que acercó China al Occidente





El entorno espacial cotidiano y las emociones que retroalimenta...


Spinoza decía sencillamente que un entorno agradable y armonioso -tanto físico como emocional- constibuye a la alegría.

Baruch Spinoza


La medicina Ayurveda considera fundamental un ambiente limpio, luminoso y en contacto con la Naturaleza para equilibrar las doshas.


Los orientales nos han precedido sabiamente reconociendo su importancia.


Esta hermosa nota sobre la casa del escritor chino Lin Yutang en Taiwan es una muestra de los vínculos que se pueden establecer entre un entorno elegido y las condiciones de productividad del escritor. Quizás también remita a la fuente de su escritura (spinozianamenrte alegre), y que me atrajo apenas empezé a leerla.

5 de diciembre de 2014

 Vivina Salvetti

 

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La residencia de Lin Yutang refleja la grandeza y la popularidad 

 

Una visita a la casa del hombre que con su ingenio acercó China al Occidente

Por Matthew Robertson – La Gran Época

 
Mie, 14 Ene 2009 

TAIPEI - Cualquier persona que hable mandarín acabará utilizando al menos una de las palabras inventadas por el gigante de la cultura, Lin Yutang. En la casa de la montaña, se pueden ver aspectos que dan juego a revelaciones interiores de la vida del hombre que se dice que ha hecho más que nadie para acercar China a Occidente.


Al ser de diseño propio, la casa es una agradable mezcla de arquitectura china y española, con un patio de columnas de estilo español y un estanque de estilo chino compuesto de piedras y bambú. Se dice que Lin fue muy cuidadoso en la disposición y colocación de las rocas, bambúes, helechos y peces, y que a menudo, pasaba horas en el estanque mirándolo y reflexionando. La casa está ubicada cerca de la montaña Yangming, una reserva natural en las afueras de la ciudad de Taipei. Actualmente, se encuentra allí su tumba debajo del balcón de su antiguo salón convertido ahora en una Cafetería.





Numerosos visitantes, tanto locales como extranjeros, se pasean ahora por la antigua casa que se sigue manteniendo intacta como hace treinta años. El jardinero, Wang Jinmu, ya cumplió los 72 y al igual que entonces, continúa trepando los árboles y cortando las ramas rebeldes. Su afición al tabaco también ha perdurado en el tiempo; Lin, se sentiría satisfecho al verlo.



Lin fue un infame e inveterado consumidor de tabaco, hasta su muerte. En la casa hay detalles que inmediatamente hacen percatar al visitante del hábito de fumar de Lin. Así por ejemplo, en la habitación sólo hay una cama individual. En sus últimos años, él y su esposa dormían separados pero no porque hubiera una discordia matrimonial, sino por el insaciable apetito de Lin por la nicotina, y su abrupta manera de despertarse a medianoche y tomar un lápiz y una libreta y apuntar sus pensamientos o bromas, mientras echaba bocanadas a una pesada pipa.




En el cuarto de estar, se pueden ver las reliquias de su hábito a través de una vitrina donde se expone su recolección de latas de tabaco y ceniceros. En su escritorio, el cenicero ocupa un lugar destacado, que más tarde, también lo utilizaría para los cacahuetes, dulces y carne seca. Se dice, que a menudo se reclinaba en su silla de cuero, abría el segundo cajón de su escritorio y ponía allí sus pies para descansar, mientras se comía un dulce o saboreaba el humo de su tabaco, contemplando así nuevas ideas para sus libros o invenciones.


Aunque menos conocido esto último, sus invenciones, en particular la máquina de escribir china, tuvieron un gran impacto en su vida. Vitrinas en su estudio muestran imágenes, giros, recortes de periódicos y un modelo de esta invención.



Su idea de la máquina de escribir obsesionó a Lin durante décadas. Se encontró casi en bancarrota después de haber invertido más de $100.000 e incontables horas en el proyecto; el orador terminó finalmente su obra en 1946. Para llevarlo a cabo, Lin tuvo que inventar una forma completamente nueva de la categorización de los caracteres chinos, para realizar una máquina de escribir con el método tradicional de la utilización de cualquiera de los “radicales” (pequeños componentes que forman los caracteres), o trazo, hubiera sido imposible.




Al final, la patente nunca fue sometida a la producción comercial. Su culminación llegó en plena guerra civil china y eran tiempos de incertidumbre que dificultaban e impedían encontrar un mercado para la invención. 

Una anécdota con su hijo resume el enfoque de Lin sobre el proyecto. Ellos estaban sentados en un taxi y Lin jugaba con una maqueta de cartón del teclado. Comentó que el quid del problema estaba allí, y que los problemas técnicos eran en gran parte insignificantes. Su hijo le preguntó si al final había alguna necesidad de pasar por tantos problemas en la construcción del modelo. Después de una pausa, Lin susurró de nuevo, "Supongo que podría haber... pero no me puedo contener a mí mismo. Tengo que hacer una verdadera máquina de escribir. Nunca soñé que costaría tanto”.


Si bien la búsqueda tenaz de su máquina de escribir era una de las más conocidas excentricidades de Lin, no era en sí la única. En la esquina de la habitación cuelga un traje chino de una sola pieza hecho a mano, donde cuelga una nota que dice: "El atuendo preferido del maestro era el largo vestido chino con un par de zapatos de cuero estilo occidental. No le gustaban los trajes occidentales, que a su juicio eran incómodos e inhumanos”.



Profundamente en deuda después del proyecto de la máquina de escribir, Lin y su esposa emigraron a Francia, donde escribió una vez más para sobrevivir. A lo largo de los treinta años de carrera como escritor, Lin publicó decenas de libros; varios de ellos pasaron a engrosar directamente las listas de best-seller de la prensa occidental. Innumerables lectores se han deleitado con sus escritos y han aprendido no sólo acerca de la psicología china, sino también, de la filosofía y el estilo de vida, con reflexiones sobre su amplia experiencia en el Occidente.



Chen Yi-yen, actual representante de la Colección en la Casa de Lin Yutang, en una entrevista telefónica con La Gran Época, explicó algunos aspectos del carácter de Lin: "Su inglés es claro, lúdico y humorístico. Sus trabajos son excelentes para que la gente de Taiwán pueda estudiar inglés, porque su inglés es excelente, su significado es siempre claro, y los lectores no se encontrarán con dificultades de comprensión. Lin Yutang, no sólo fue un escritor, sino también filósofo, artista, lingüista e inventor. La humildad era un rasgo de su personalidad. Como cristiano, Lin solía decir: "Si hay algo en el mundo humano a lo que debemos dar especial atención, no es a la religión, ni al aprendizaje, sino a la comida!". Esta simple mezcla de ingenio y de filosofía, dice Chen, es un ejemplo clásico del carácter de Lin Yutang.



En el caso de que esto traiga una sonrisa a su cara, piense en la palabra china para el humor, la transliteración de Lin pronunciado you mo (幽默), la que aún se utiliza hoy en día. 


 Tomado de La Gran Época.



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Vivina Perla Salvetti, es antropóloga sociocultural con interés en ciencias cognitivas. Nació en la isla de Margarita en Venezuela y aunque hace años que vive en la Argentina su corazón pertenece a la patria de su infancia.

Su blog es Fronteras de la Antropología



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2 comentarios:

  1. Gracias por comentar la entrada Paco. Esperamos la hayas disfrutado tanto como nosotros. Hay otras entradas relacionadas con Lin en el blog.

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